domingo, 6 de noviembre de 2011

De mayor quiero ser...

Retomo y vuelvo con un tema del que ya tenía yo gana de escribir. Una entrada que tenía pendiente desde hace meses y como ahora no estoy en un buen momento sobre todo en lo que inspiración se refiere, pues me lo pongo fácil a mi misma y elijo volver con esto.

El tema de hoy es...

¡¡Profesiones románticas!!

Sí, cómo lo leéis. Para mí existe un grupo de trabajos llenos de... no sé qué decir para no volver a decir "romanticismo", pero por ahí va la cosa. Por ejemplo. La profesión de cartero. Pensar que eres un "transmisor", que llevas buenas (vamos a ser un poco optimistas) noticias además de facturas sí, pero también felicitaciones, conjuntos de letras que expresan sentimientos, fotos de algún nieto/a en la distancia, giros postales que arreglan un mes o dos o más... transportar palabras de amor, por qué no... cartas que se guardarán vidas enteras... ¿quién puede decir que esto no es romántico?
Pero para mí, aún por encima del cartero, el maquinista de tren (otra que me gusta mucho, algún día puede que también lo explique), cocinero/a (dicen que comer es el mejor placer que se disfruta con la ropa puesta), floristero/a (te lo digo con flores...) y otras cuantas más, para mí, el oficio más romaaaaaantico que me puedo imaginar es el de farista (o farero/a); siempre a mar abierta, con la mirada puesta a lo lejos pero sin descuidar lo que está cerca a la vez, ayudando a no encallar, de forma silenciosa, sin ruido pero haciéndose notar, rasgando la negrura de la noche, sabiéndose necesario, vital, marcando el camino, dando referencia... En fin... ya está... compartido queda...








1 comentario:

juanjo dijo...

Desde que te leo, eres para mí un poco farera, cartera y florista. Me traes noticias, fragancias y un poquito de luz en la noche del temor. Gracias por volver.